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martes, julio 4
Don Martín Mendía
Don Martín Mendía y Conde
Nació D. Martín José de Mendía y Conde el día 5 de Febrero del año de 1841 y fue el lugar de su arribada, una modesta vivienda sita en Correría n.10 de Balmaseda, donde se perpetua su recuerdo en una sencilla placa de mármol blanco.
Hijo de una laboriosa familia formada por, Don Pedro León de Mendía y Garrastazu, natural de Balmaseda y Doña Vicenta de Conde y Sojo, natural de Villasana de Mena y siendo sus abuelos paternos: Tiburcio de Mendía natural de Beizama en Gipuzkoa casado con Paula de Garrastazu nacida en Begoña-Bilbao y los maternos, Pedro León de Conde y Francisca de Sojo que procedían de la capital del valle menés, Villasana.
Emigrante a Indias, como muchos otros jóvenes de la época por la carencia de posibilidades de una vida mejor, se dedicó al comercio en el Virreinato de Nueva España (en Mazatlán-México), donde amasó una apreciable fortuna.
Regresó para retirarse de los negocios, a su patria chica, su Valmaseda del alma y a esta villa, le dedicó gran parte de sus recursos económicos.
Prestó su dinero en muchas ocasiones al Ayuntamiento de turno (del que a veces no se vio resarcido o no cobró interés alguno), dinero que sirvió para soslayar momentos difíciles para Balmaseda y también realizó innumerables aportaciones para el embellecimiento de esta su villa natal y capital de las Encartaciones.
Entre las obras que financió durante sus años de retiro y hasta su muerte, citaré las siguientes:
-Regaló el órgano de la Parroquia de S. Severino.
-Compró el solar e indemnizó a los vecinos que vivían en las casas en
él ubicadas, todo para el derribo de estas y la construcción en el lugar
y a sus expensas, de la actual Plaza de las Escuelas, que donó lista
para su disfrute a la villa de Balmaseda.
-Creó una primera clase de Comercio, que financió durante el periodo
de su funcionamiento y hasta que se puso en marcha su Gran Obra,
las Escuelas Mendía.
-Renovó y mejoró el saneamiento general de la Villa.
-Acondicionó la ribera derecha del río Cadagua desde el puente de la
Muza hasta la estación del ferrocarril y realizó el actual paseo que
lleva su nombre.
-Construyó y doto de medios económicos suficientes para su
funcionamiento, totalmente gratuito para todos los balmasedanos, a
las ya citadas Escuelas Mendía, en las que regentadas por la
Congregación Marista, se impartieron clases de cultura general y una
Escuela de Artes y Oficios bien dotada de la que salieron infinidad de
balmasedanos con una preparación profesional exquisita.
Como apuntes curiosos sobre la construcción del edificio de las Escuelas Mendia, señalaré los datos siguientes aportados por mi progenitor.
Se construyó el complejo educativo entre 1914 y 1919/20 y en Enero de este último año, comenzó su andadura como escuela de enseñanza; fue arquitecto del proyecto, el sobrino del señor Mendía, D. Pedro de Asúa y Mendía, el cual dirigió todo el proceso de construcción y la instalación de la maquinaria y demás elementos. Las vigas principales y parte del maderamen del tejado, procedían de la zona de Somocurcio y la piedra que compone su zócalo y los remates esquinales, procede de una cantera que se preparó en la Baluga, en la carretera que sube a la finca de el Sabugal, frente al lugar donde reside mi progenitor.
Trabajaron en su construcción innumerables personas y de diferentes gremios, entre los que se cuentan como carpinteros a los señores Bueno, Martínez y De la Serna (mi abuelo); que luego formaron uno de los primeros talleres de ebanistería que se instalaron en Balmaseda, junto al vallado de esta obra y justamente donde está el acceso a los garajes del complejo hotelero que hay cerca del citado colegio.
Comenzó su andadura este colegio, sin haber concluido la obra y durante el primero y segundo curso, los citados carpinteros, continuaron con su remate, siendo recuerdo de mi padre de como, el suyo y mi abuelo, trabajaba durante las horas de clase en la colocación de puertas interiores y demás detalles.
Don Martín Mendía no quedó conforme con lo realizado en vida; a su fallecimiento (acaecido el sábado 6/09/1924) y por medio de su testamento, dejó los legados siguientes en dinero de la época. -(capital del que habría que hacer comparativa a euros o pesetas actuales):
80.000 pesetas para continuar el paseo hasta el Puente Viejo.
10.000 pesetas para financiar la continuación del saneamiento.
60.000 pesetas al Hospital, hoy Residencia León de Trucíos.
50.000 pesetas al Colegio Hijas de la Cruz, hoy Ikastola.
20.000 pesetas para ayudar a la construcción de la Iglesia C. de María, hoy pendiente de decisiones mas que obscuras para su derribo.
50.000 pesetas para la asociación benéfica de S. Vicente de Paúl.
Además y para la villa de procedencia de su madre donó las siguientes partidas:
140.000 pesetas para la construcción de las Escuelas Municipales de Villasana de Mena, poco agradecidas por este municipio, dado que no llevan su nombre ni referencia alguna.
250.000 pesetas para el Asilo-Hospital de esa misma villa.
Falleció D. Martín a los 83 años y fue voluntad popular, la de erigir un monumento a su memoria, fue costeado por todos los balmasedanos, sin excepción alguna por clase o idea política y aportando desde una "perra gorda" a lo que cada uno quiso dar.
Se inauguró este monumento en el día de San Severino del año de 1927, fue instalado en zona aproximada a la que ocupa en la actualidad, lugar del que fue retirado en 1943 por opiniones contradictorias y nada acertadas. Pasó a ocupar plaza desde 1949 en la delantera de su Obra de donde fue recuperado en el año de 1999, (el 800 aniversario de la Fundación de Balmaseda como villa aforada)
Monseñor D. Pedro de Asúa y Mendía dio continuidad a la Obra
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